CICLISMO EN PAMPLONA, PARA UNOS POCOS O PARA TODOS

Manifiesto de la Asociación Medios de Transporte Saludables



Con demasiada frecuencia, cuando se habla de usuarios de la bici, se da por hecho que es un ciclista en buena forma, experimentado y con destreza para poder rodar a la velocidad que exige el tráfico fluido.

Pero los hechos nos demuestran que la realidad es bien distinta. Olvidamos con facilidad que en el uso de la bicicleta no hay límites de edad, desde niños a personas mayores de la tercera edad, y que no todos tenemos las mismas capacidades físicas de equilibrio, reflejos, agilidad de oído y de vista. Muchísimos ciclistas no están dispuestos a circular entre coches y autobuses. Una colisión entre dos coches circulando a 40 km/h, probablemente resulte un accidente leve, pero una colisión, a la misma velocidad entre un coche y un ciclista tendrá siempre consecuencias mucho peores. Y no deberíamos olvidarnos de los ciclistas potenciales (según la encuesta municipal, realizada en Pamplona, en el año 2004, quedó de manifiesto que el 36% de los ciudadanos encuestados se sentían ciclistas potenciales, dispuestos a utilizar la bicicleta siempre y cuando hubiese vías ciclistas), y deberíamos recordar que el convertirse en usuario de la bicicleta requiere casi siempre, de un proceso de adaptación a los distintos tipos de vías, escalonado y progresivo y más o menos prolongado en el tiempo. De manera que, primero se suelen demandar las vías ciclistas, y después quienes se atreven recurren también a la calzada, compartiendo espacio con el resto de los vehículos a motor.

No nos cansaremos de repetir que, en una encuesta que realizó el CIES durante la campaña electoral de las últimas elecciones municipales al Ayuntamiento de Pamplona, quedó patente que la carencia de vías ciclistas en muchos barrios era el principal problema de la ciudad.

Por todo ello, desde la Asociación  Medios de Transporte Saludables entendemos que Pamplona necesita urgentemente la creación de una red básica y conexa de vías ciclistas, homologada con criterios técnicos. Y de manera complementaria y en la medida de lo posible, la aplicación de políticas de calmado de tráfico, de manera rigurosa.

Los ciclistas son ciudadanos como todos los demás, que se desplazan a los mismos lugares que el resto de sus conciudadanos, utilizando para ello los grandes ejes viarios de la ciudad. Por tanto, los ciclistas no pueden quedar relegados a las calles secundarias de poco tráfico, o donde se implanten políticas de calmado del mismo, también deben poder circular con seguridad y comodidad por las grandes avenidas de la ciudad, que son también sus grandes vías de comunicación. Por eso, si de verdad queremos fomentar el uso de la bicicleta en Pamplona, es necesario planificar una red básica de vías ciclistas que permita la circulación cómoda y segura de los y las ciclistas por los grandes ejes de movilidad de la ciudad.

Esta red básica de vías ciclistas debe realizarse además sobre los espacios ahora dedicados a la circulación o al aparcamiento de automóviles y con criterios claros de seguridad, uniformidad, conectividad y confort. Así estaremos evitando, además, los conflictos entre ciclistas y peatones que ahora se dan al no tener los ciclistas un lugar seguro para circular por las calzadas de las grandes avenidas, lo que en ocasiones les lleva a circular por sus aceras.

Hay que tener en cuenta que este modelo combinado de vías ciclistas y de calmado de tráfico, el modelo integral, está muy presente en la Europa de las bicicletas, en países como Holanda, Alemania, Bélgica, Dinamarca y otros más.

En ciudades de nuestro entorno en las que la bicicleta está teniendo gran éxito, como Sevilla, Vitoria, San Sebastián la implantación de una red de vías ciclistas ha sido fundamental.

Por otro lado, tanto la Federación de Ciclistas Europeos, como la Coordinadora estatal Conbici, que aglutina todas las asociaciones ciclistas del país, ponen de manifiesto que una condición básica para un alto nivel de uso de la bicicleta es una red de vías ciclistas que abarque toda la ciudad.

Por todo ello, Pamplona ante esta grave carencia, y después de 2 años de inoperatividad al respecto, no puede seguir por más tiempo sin disponer de las correspondientes y necesarias infraestructuras ciclistas.

De manera que si los cargos técnicos y políticos relacionados con la bicicleta tanto del Ayuntamiento de Pamplona como de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona creen o pretenden  que con la sola política del calmado de tráfico se podrá reemplazar el papel fundamental que desempeña la necesaria red de carriles bici estarán cometiendo un gravísimo error, puesto que estarán excluyendo y por lo tanto discriminando a muchísimos ciclistas.

Manifiesto de la Asociación Medios de Transporte Saludables (AMTS)

Suscriben este manifiesto:
Asociación ciclista de San Sebastián “Kalapie”
Asociación ciclista de Vitoria “Bizikleteroak”
Asociación ciclista de Sevilla “A Contramano”

Uusarios de bicicleta reivindican que Pamplona necesita ya una "red básica" de vías ciclistas.
Publicado en Diario de Noticias el jueves 5 de octubre de 2017.

Ciclistas critican la "inoperatividad" del ayuntamiento en carriles bici. Publicado en Diario de Navarra el jueves 5 de octubre de 2017.

CARRIL BICI DE PIO XII, APRENDAMOS DE SAN SEBASTIÁN


Artículo de opinión publicado en Diario de Navarra. Miércoles, 13 de septiembre de 2017




Desde hace unos años, San Sebastián se ha convertido en un referente gracias a su política de infraestructuras ciclistas y está logrando que la bicicleta sea una de sus grandes señas de identidad. Todo esto, lejos de ser fruto de la casualidad, ha obedecido más bien a la voluntad, al compromiso y al esfuerzo mostrados por los distintos agentes implicados en la promoción de dicho medio. En la historia de este proceso ha habido un hecho significativo que ha marcado un antes y un después. Se trata de la creación del famoso y, en su tiempo, polémico carril bici de la Concha.

Sus orígenes se remontan a 1991, cuando la asociación ciclista Kalapie propuso un diseño de carriles bici, que fue proyectada por el Ayuntamiento en el barrio de Ibaeta con el fin de facilitar una futura conexión con el resto de la ciudad. Después de 11 años de pulsos reivindicativos con manifestaciones, contramanifestaciones y otras movilizaciones, por fin, en el año 2002 se hizo realidad. Para ello, contó con el apoyo de 75 entidades ciudadanas, destacando entre ellas, Kalapie y la plataforma ciudadana Bidegorria Kontxan (Carril bici en la Concha), y también con el compromiso firme del alcalde de entonces, Odón Elorza.

Se materializó así un carril bici bidireccional, al estilo de eje radial, desde el barrio de Antiguo hasta la Playa de la Concha. A su vez, la calzada, vía principal con dos carriles por sentido (con conexión con la N-1, con la Autopista a Bilbao, con Igueldo y con Universidad) se convirtió en una vía de circulación motorizada con un único carril por sentido. Hoy, nadie duda del éxito rotundo de esa doble actuación, tanto para los coches como para las bicicletas. Por dar un dato, la media de desplazamientos diarios en bicicleta por el carril bici de la Concha en el mes de agosto de 2016 fue de 5745 (según la Secretaria Técnica de Planificación Territorial de Guipúzcoa).

Si hacemos la comparativa, por su trascendencia, del carril bici de la Concha con lo que podría ser su equivalente en Pamplona, el futuro carril bici de Pío XII, lo primero que salta a la vista es que llevamos 15 años de retraso en políticas de infraestructuras ciclistas respecto de San Sebastián. Pero, por fin, tendremos un importantísimo eje de movilidad ciclista, que nos permitirá movernos de manera cómoda y segura, facilitando que el uso de la bici pueda estar al alcance de cualquiera y que el número de usuarios vaya incrementándose. Unirá zonas de gran concentración de población y de desplazamientos habituales: Mendebaldea, Iturrama, Zona Hospitalaria, Echavacoiz, San Juan, Universidad de Navarra, Casco Viejo, Primer Ensanche, Barañáin, y además con posibilidades de uso como Camino Escolar Seguro hacia los diversos centros escolares  que se encuentran a su alrededor.

Con todo esto a favor, podemos pensar en que dicha actuación, si se hace correctamente, ateniéndose a los correspondientes criterios técnicos de homologación (por cierto, no estaría de más que fuese pintado, cosa que, inexplicablemente, no se hace en Pamplona), podría  marcar un punto de inflexión y una nueva etapa en lo que debería ser la creación de una red básica y conexa de carriles bici. Se trata de una vieja demanda ciudadana, tal y como lo ponen en evidencia las numerosas encuestas realizadas en Pamplona.

Pero, por otro lado, no conviene olvidarse de los opositores al carril bici, sean ciclistas o no. Se ha comentado el temor de los comerciantes a que dicha actuación pueda tener una repercusión negativa sobre su sector. Sin embargo, numerosos estudios ponen de manifiesto que la afluencia ciclista favorece al comercio. La Comisión Europea de Medio Ambiente, en la obra En bici, hacia ciudades sin malos humos, afirma que
“Los automovilistas no son mejores clientes que los ciclistas, los peatones o los usuarios de los transportes públicos” o que “Los ciclistas compran menos cantidad cada vez que van a comprar y van con mayor regularidad y están más expuestos a la tentación”.

Respecto a los ciclistas contrarios al carril bici, que también los hay, creo que sus opiniones y críticas son muy respetables, siempre y cuando sus intervenciones sean en torno al proyecto y sus posibles alternativas, y no en forma de ataque a las personas que lo defienden, como se ha dado algún caso, valiéndose de la crítica destructiva y despiadada, que lo único que hace es descalificarles a sí mismos (¿no será que hay nerviosismo y miedo ante la posibilidad de que el carril de Pío XII tenga éxito y cree el efecto llamada para seguir haciendo más carriles bici?). De manera que quienes prefieran circular por la calzada, coexistiendo con los coches, que lo hagan, pues nadie se lo va a impedir, faltaría más, pero eso sí, sin poner impedimentos a que otros puedan hacerlo por los carriles bici, respetando la total legitimidad de quienes optan por ellos para sentirse seguros y protegidos.

Si de verdad nos importa la bicicleta, pedaleemos, pero también dejemos pedalear a los demás, pues no sobramos nadie.

Jesús Sukuntza
Ciclista urbano y miembro de la Asociación Medios de Transporte Saludables (AMTS)

EL PODER DE LA MANCOMUNIDAD Y LA MOVILIDAD CICLISTA

Artículo de opinión publicado en Diario de Navarra. Martes, 14 de marzo de 2017

La jerarquía en la Movilidad Urbana es una expresión poco usada, pero no por eso deja de ser importante. Se refiere al orden de importancia y reconocimiento que se les otorga a los distintos agentes que constituyen la movilidad en las ciudades. Prácticamente en todas las ciudades donde se ha apostado por la movilidad sostenible, tanto dentro como fuera de nuestro país, han establecido el siguiente orden: primero el peatón, después los ciclistas, luego el transporte público y, por último, el coche. Todos los expertos en la materia defienden dicho orden.

Sin embargo, Pamplona es una excepción, donde se ha establecido que la jerarquía sea primero el peatón, después el transporte público, seguido de la bicicleta y en último lugar el coche. Para ello, todos los ayuntamientos de la Comarca de Pamplona firmaron el pasado septiembre un convenio por el que han asignado a la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona la creación del Plan de la Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), con el propósito de potenciar los modos de transporte sostenibles (caminar, transporte público y bicicleta). En principio, para los que nos movemos en bicicleta, si es por el bien de la movilidad ciclista, bienvenido sea.

Pero vayamos despacio y planteemos algunas preguntas. Con todo este poder y responsabilidad otorgado a nuestro ente mancomunado, ¿cómo se explica que después de cinco meses desde la publicación del estudio técnico sobre los dos itinerarios ciclistas de Pío XII y Avenida Barañáin-Burlada, la Mancomunidad no se haya pronunciado al respecto, teniendo en cuenta que en dicho estudio se contemplan también soluciones para el transporte público mediante la creación de sus correspondientes carriles bus? ¿Sabe el organismo mancomunado  que el 44% de los desplazamientos en bicicleta por Pamplona se realizan por las aceras con la consiguiente molestia y peligro para los peatones? Tal vez habría que recordar a la Mancomunidad que una encuesta de CIES, durante la campaña electoral de las últimas elecciones municipales en Pamplona, señaló que la carencia de carriles bici en muchos barrios era considerado el principal problema de la ciudad (Diario de Navarra de 16 de mayo de 2015). Así mismo, sería interesante saber si dicha Mancomunidad se ha puesto en contacto con los diferentes colectivos ciclistas para conocer de primera mano las  propuestas y demandas de los ciudadanos ciclistas.

Otra pregunta no menos importante: partiendo del supuesto de que la creación del carril bici en Pío XII trajera un incremento de ciclistas, y quizás un leve descenso en el número de pasajeros en la línea 4 del transporte urbano, ¿estaría dispuesta la Mancomunidad a apoyar dicho carril bici? Convendría saber si los asesores de movilidad con los que cuenta la Mancomunidad son a priori detractores de las vías ciclistas, o son por el contrario favorables a la implantación de una red básica y conexa de carriles bici, sujeta a criterios técnicos de homologación, para que el uso de la bici pueda estar al alcance de todos, de manera cómoda y segura, como ocurre en todas las ciudades adaptadas a la movilidad ciclista.

Por último, ¿cómo es posible que en la página web de la Mancomunidad no se haga la menor mención a la movilidad ciclista? Teniendo en cuenta que la Mancomunidad debe atender y satisfacer las demandas ciudadanas y que ya quedan tan sólo dos años de legislatura y de operatividad política, cualquier intento de querer posponer los estudios y los planes sobre las infraestructuras ciclistas podría ser entendido como una clara estrategia política para no acometerlas.

Jesús Sukuntza
Ciclista Urbano
Miembro del Observatorio de Movilidad y de la Asociación Medios de Transporte Saludables 

UN CARRIL BICI EN LA AVENIDA PÍO XII DE PAMPLONA


Artículo de opinión publicado en el Diario de Navarra. Lunes 18 de abril de 2016

Si partimos de algunos de los fundamentos de la movilidad sostenible, como el poner restricciones razonables a los coches o un reparto más justo y equitativo de la vía pública entre todos los usuarios, incluido el ciclista, es fácil que nos fijemos rápidamente en la situación actual de la avenida Pío XII de Pamplona.
En su kilómetro y medio de longitud, más del 70% de la anchura lo ocupan los vehículos a motor, y en gran parte de su recorrido dispone de tres carriles de circulación en cada sentido más espacio de aparcamiento lineal lateral. No existe en ella calmado de tráfico, ya que la velocidad máxima de circulación permitida se mantiene en 50 kilómetros por hora, con el consiguiente peligro para los ciclistas. Se trata, por lo tanto, de un modelo de vía pública donde se pone de manifiesto el predominio absoluto del coche.
Pues bien, dicho esto, ¿se imaginan ustedes un carril bici a lo largo de dicha avenida, planificado según criterios técnicos?
Pío XII reúne sobradamente los requisitos necesarios para incorporar un carril bici, con un equilibrio entre el recorrido más corto, más seguro, más cómodo y más atractivo, y, además de esto, con un coste muy moderado para su ejecución. Bastaría con reconvertir uno de los carriles de coches anexos a la mediana, en sentido sur, en un carril bici bidireccional. Para cumplir los requisitos de comodidad y seguridad, debería contar con una anchura de 2,5 metros, con una línea discontinua en el medio, a ser posible con el pavimento pintado de rojo, y estar separado del carril de circulación de tráfico motorizado por medio de bordillos y bolardos reflectantes de plástico, añadiendo señalización horizontal y vertical, incluidos los correspondientes semáforos ciclistas.
Esta solución permitiría una gran conectividad ciclista entre el Casco Viejo y numerosos barrios con alta densidad poblacional, como San Juan, Iturrama o Mendebaldea, y con los Hospitales o la Universidad de Navarra y numerosos centros escolares. Serviría de enlace con el camino que conduce a Barañáin y, en general, como eje radial hacia toda la periferia sur de la ciudad.
Estamos hablando de un carril bici muy distinto al que ya existió hace varias décadas en el mismo recorrido, que no interferiría en absoluto con el transporte urbano comarcal ni con otros elementos de la vía como contenedores o mobiliario urbano.
Esta actuación puede ser, de una vez por todas, el punto de partida para desarrollar una necesaria y demandada red conexa de vías ciclistas, y contribuiría, en gran medida, al incremento de usuarios de la bicicleta, entre los que se encuentran aquellos que a día de hoy no se atreven a utilizarla por miedo a circular por la calzada entre los amenazantes vehículos a motor. Del mismo modo, se eliminaría la circulación de ciclistas por las aceras, y con ello los problemas de convivencia con los peatones, quienes, igualmente, se sienten amenazados por la presencia de estos vehículos entre ellos.
En definitiva, se trata de una actuación sencilla en la que, de no hacerlo, el mayor obstáculo no sería el coste económico, sino la falta de voluntad política. ¡Así de fácil y así de beneficioso!


Jesús Sukuntza

Ciclista Urbano y miembro del Observatorio de la Bicicleta de Pamplona


La política sobre la bicicleta en Pamplona



Artículo de opinión publicado en Diario de Navarra. Miércoles, 16 de noviembre de 2016

Después de año y medio de nueva legislatura, quédense con el dato: el año pasado,
8.600 ciclistas, el 44% del total, circulaban regularmente por las aceras, según el
Estudio de la Movilidad Ciclista del Ayuntamiento de Pamplona. Y todo parece indicar
que la cifra va en aumento.
Estamos ante un gravísimo problema que sitúa al peatón como primera víctima por su
indefensión y por su exposición a ser atropellado por los ciclistas, y como segunda
víctima al ciclista que por razones objetivas y o subjetivas no puede circular por la
calzada por falta de seguridad y protección. Ante esta situación sumamente preocupante,
el Área de Ecología Urbana y Movilidad ha tenido el acierto y el mérito de haber
encontrado una posible solución en un valiosísimo estudio, elaborado por la firma más
prestigiosa del país, Consultora GEA21. En él se contempla, en su fase inicial, la
actuación en dos importantes ejes, el de Pío XII y el de Barañáin-Burlada, con el
objetivo de potenciar el transporte público, garantizar la seguridad y comodidad para el
usuario de la bici, y mejorar las condiciones de la movilidad a pie. Asimismo, entre sus
criterios, propone una infraestructura segregada para la bicicleta; utilizar la calzada
existente como espacio de intervención, sin reducir ninguna acera; y proponer
soluciones que tengan un coste relativamente bajo, cuya ejecución se pueda realizar a
corto plazo y pueda ser fácilmente reversible.
Pero, lamentablemente, el Pleno del Ayuntamiento de Pamplona, lejos de hacer un
análisis objetivo y rigurosamente técnico de dicho estudio, ha optado por paralizarlo,
con los votos de UPN, Geroa Bai y PSN, y la abstención de Bildu, argumentando que el
plan del estudio adolecía de falta de participación, información y consenso. Me
pregunto si no se habrán antepuesto los intereses partidistas frente a los intereses
generales de los ciudadanos ciclistas. A veces, cuando no se puede cuestionar el
mensaje, se cuestiona al mensajero, cosas de la política. Y ahora toca hacer la pregunta
del millón. Si dicho estudio lo hubiese propuesto la Mancomunidad de la Comarca de
Pamplona a través del Plan de la Movilidad Sostenible de la Comarca de Pamplona
(PMUS), ¿se habría aceptado y aprobado?
En alusión a la falta de información de dicho estudio que criticaron los distintos grupos
políticos del Ayuntamiento, su presentación pública, en el Palacio de Condestable, contó
con la asistencia de un centenar de personas, entre las que se encontraban, solamente, un
concejal y una concejala de dicho ayuntamiento. Asimismo, en una reciente charla-
coloquio, en el Civivox de Iturrama, de Ricardo Marqués, uno de los mayores expertos
del país en materia de legislación e infraestructuras ciclistas, organizada por el Área de
Ecología Urbana y Movilidad, se habló también de propuestas de solución para
Pamplona, pero desafortunadamente, entre los asistentes al acto no figuraba ningún
cargo público ni responsable del Ayuntamiento ni de la Mancomunidad de la Comarca
de Pamplona.
Ante este panorama desesperanzador, cabe preguntarse si de verdad la bicicleta interesa
a nuestros políticos. Y también, sabiendo que el estudio de la Consultora GEA21 puede
ser un gran punto de partida para el futuro Plan de la Movilidad Sostenible de la
Comarca de Pamplona (PMUS), si sus responsables estarán dispuestos a “reconsiderar”
dicho estudio. Creo, sinceramente, que los ciclistas y los peatones, como agentes incuestionables de la movilidad sostenible, nos merecemos algo más.

Jesús Sukuntza
Ciclista urbano
Miembro del Observatorio de la Movilidad
Miembro de la Asociación Medios de Transporte Saludables (AMTS)

Pros y contras del estudio sobre la bici


Artículo de opinión publicado en el Diario de Navarra. Viernes 14 de octubre de 2016


Los peores enemigos de la bicicleta en el medio urbano no son los coches, sino los prejuicios en contra del uso de la bicicleta como medio de transporte habitua
Margot Wallström (excomisaria europea de Medio Ambiente)


En la historia de la bicicleta de Pamplona hay tres momentos históricos, entre otros, que pasarán a la posteridad junto con sus protagonistas.

El primero, en el año 2004, una encuesta encargada por el Ayuntamiento de Pamplona puso de manifiesto que el 36% de los ciudadanos encuestados se sentían ciclistas potenciales dispuestos a utilizar la bicicleta siempre y cuando hubiese carriles bici (Diario de Navarra, 8 de septiembre de 2004). Posteriormente, una encuesta de CIES, durante la campaña electoral de las últimas elecciones municipales en Pamplona, señaló que la carencia de carriles bici en muchos barrios era considerado el principal problema de la ciudad (D.N. de 16 de mayo de 2015).

Por último, el tercero y más importante. En fechas recientes hemos conocido el nuevo Plan de Movilidad Sostenible, que aborda un importante proyecto integral y persigue un triple propósito: crear una red de carriles bici, para que la movilidad en bicicleta, por fin, pueda estar al alcance de todos con comodidad y protección. A la vez, establecer carriles bus para que el servicio de transporte público pueda mejorar considerablemente su velocidad comercial. Y un tercer objetivo: que el coche, lejos de sentirse discriminado, sea el verdadero protagonista del calmado de tráfico. El estudio del plan ha corrido a cargo de la empresa más prestigiosa del país en la materia, Consultora GEA21, por encargo del Área de Ecología Urbana y Movilidad del Ayuntamiento de Pamplona. Pero este trascendental informe que iba a encauzar las políticas municipales en materia de movilidad sólo ha durado unas semanas. El miércoles 5 de octubre, nuestras bicicletas se encontraron con un tercer freno sobre sus ruedas. Con los votos a favor de UPN, Geroa Bai y PSN y la abstención de EH Bildu y el voto en contra de Aranzadi e I-E, la comisión aprobó paralizar de forma inmediata el estudio para la nueva red de carriles bici. Me pregunto si los grupos políticos responsables de dicha paralización se han planteado la repercusión que pueda tener en las urnas de las próximas elecciones, por parte de sus militantes y seguidores.

Por otro lado, también ha habido voces discrepantes por parte de los detractores de los carriles bici. Aunque yo no comparta esta visión, sus opiniones y críticas, cuando son constructivas, me parecen igual de respetables que las de quienes estamos a favor, pero entiendo que sería injusto e inadmisible que pretendieran obstaculizar los esfuerzos legítimos de quienes pretendemos salvar dicho plan ciclista, si aún es posible, puesto que la inmensa mayoría de los ciclistas están a favor de los carriles bici.

Los carriles bici no son la solución a todos los problemas que tienen planteados los ciclistas, pero sí son parte importantísima de la solución. Para comprobar esto, ya no hace falta viajar a la Europa de las bicicletas, nos basta con ir a Sevilla, San Sebastián, Vitoria, Zaragoza y otras ciudades que han apostado con decisión por ellos. Asimismo, la Federación Europea de Ciclismo y la coordinadora estatal Conbici, que aglutina a 58 asociaciones ciclistas del país, hacen la misma defensa sobre la validez de dichos carriles bici.

Pero también hay que señalar que una buena política para la bicicleta requiere de todo un modelo integral, en el que se combine una red básica y conexa de vías ciclistas y una rigurosa política de calmado de tráfico, además del fomento de una cultura ciclista que incluya la educación vial.

Jesús Sukuntza
Ciclista Urbano y miembro del Observatorio de la Bicicleta de Pamplona