Artículo de opinión publicado en Diario de Navarra. Martes, 14 de marzo de 2017
La jerarquía en la Movilidad Urbana es una expresión poco usada, pero no por eso deja de ser importante. Se refiere al orden de importancia y reconocimiento que se les otorga a los distintos agentes que constituyen la movilidad en las ciudades. Prácticamente en todas las ciudades donde se ha apostado por la movilidad sostenible, tanto dentro como fuera de nuestro país, han establecido el siguiente orden: primero el peatón, después los ciclistas, luego el transporte público y, por último, el coche. Todos los expertos en la materia defienden dicho orden.
La jerarquía en la Movilidad Urbana es una expresión poco usada, pero no por eso deja de ser importante. Se refiere al orden de importancia y reconocimiento que se les otorga a los distintos agentes que constituyen la movilidad en las ciudades. Prácticamente en todas las ciudades donde se ha apostado por la movilidad sostenible, tanto dentro como fuera de nuestro país, han establecido el siguiente orden: primero el peatón, después los ciclistas, luego el transporte público y, por último, el coche. Todos los expertos en la materia defienden dicho orden.
Sin embargo, Pamplona es una
excepción, donde se ha establecido que la jerarquía sea primero el peatón,
después el transporte público, seguido de la bicicleta y en último lugar el
coche. Para ello, todos los ayuntamientos de la Comarca de Pamplona firmaron el
pasado septiembre un convenio por el que han asignado a la Mancomunidad de la
Comarca de Pamplona la creación del Plan de la Movilidad Urbana Sostenible
(PMUS), con el propósito de potenciar los modos de transporte sostenibles
(caminar, transporte público y bicicleta). En principio, para los que nos
movemos en bicicleta, si es por el bien de la movilidad ciclista, bienvenido
sea.
Pero vayamos despacio y planteemos
algunas preguntas. Con todo este poder y responsabilidad otorgado a nuestro
ente mancomunado, ¿cómo se explica que después de cinco meses desde la
publicación del estudio técnico sobre los dos itinerarios ciclistas de Pío XII
y Avenida Barañáin-Burlada, la Mancomunidad no se haya pronunciado al respecto,
teniendo en cuenta que en dicho estudio se contemplan también soluciones para
el transporte público mediante la creación de sus correspondientes carriles
bus? ¿Sabe el organismo mancomunado que
el 44% de los desplazamientos en bicicleta por Pamplona se realizan por las
aceras con la consiguiente molestia y peligro para los peatones? Tal vez habría
que recordar a la Mancomunidad que una encuesta de CIES, durante la campaña
electoral de las últimas elecciones municipales en Pamplona, señaló que la
carencia de carriles bici en muchos barrios era considerado el principal
problema de la ciudad (Diario de Navarra de 16 de mayo de 2015). Así mismo, sería
interesante saber si dicha Mancomunidad se ha puesto en contacto con los
diferentes colectivos ciclistas para conocer de primera mano las propuestas y demandas de los ciudadanos
ciclistas.
Otra pregunta no menos importante: partiendo
del supuesto de que la creación del carril bici en Pío XII trajera un incremento
de ciclistas, y quizás un leve descenso en el número de pasajeros en la línea 4
del transporte urbano, ¿estaría dispuesta la Mancomunidad a apoyar dicho carril
bici? Convendría saber si los asesores de movilidad con los que cuenta la
Mancomunidad son a priori detractores de las vías ciclistas, o son por el
contrario favorables a la implantación de una red básica y conexa de carriles
bici, sujeta a criterios técnicos de homologación, para que el uso de la bici
pueda estar al alcance de todos, de manera cómoda y segura, como ocurre en
todas las ciudades adaptadas a la movilidad ciclista.
Por último, ¿cómo es posible que en la
página web de la Mancomunidad no se haga la menor mención a la movilidad
ciclista? Teniendo en cuenta que la Mancomunidad debe atender y satisfacer las
demandas ciudadanas y que ya quedan tan sólo dos años de legislatura y de
operatividad política, cualquier intento de querer posponer los estudios y los
planes sobre las infraestructuras ciclistas podría ser entendido como una clara
estrategia política para no acometerlas.
Jesús Sukuntza
Ciclista Urbano
Miembro del Observatorio de Movilidad
y de la Asociación Medios de Transporte Saludables