VIALES PARA BICICLETAS: APRENDAMOS DE OTRAS CIUDADES


Tras la información difundida en prensa, recientemente, sobre la creación de carriles-bici en Pamplona y la posterior controversia suscitada en torno a las supuestas desventajas de la acera-bici en la calle Fuente del Hierro, deseo aportar mi opinión como conocedor de la realidad de la bicicleta en Pamplona, ya que llevo años dedicado al uso y promoción de la bicicleta urbana.
Dada la relativa novedad de las vías para bicicletas en Pamplona, parece imprescindible acotar una terminología común que facilite la comprensión de ciertos conceptos. Así, en su obra La bicicleta en la ciudad, Alfonso Sanz, uno de los técnicos más cualificados en la materia a nivel estatal, define ‘vía ciclista’ como el nombre genérico para el conjunto de lugares especializados para la bicicleta por donde se pasa con ese vehículo para ir de un lugar a otro; ‘carril-bici’ como el espacio de la calzada que se dedica ex profeso a las bicicletas mediante la señalización vertical y horizontal correspondiente; ‘acera-bici’ como parte del acerado de una calle que se dedica ex profeso a las bicicletas mediante la señalización vertical y horizontal correspondiente.
En fechas recientes, he realizado un viaje cicloturista por Francia, Bélgica y Holanda, cuna y paraíso de la bicicleta, con el propósito de conocer in situ la política e infraestructuras orientadas a este vehículo. Sobre la implantación de aceras-bici y carriles-bici en estos países, puedo afirmar, sin ningún género de dudas, que, en todas las ciudades y pueblos, al menos la mitad de los viales para bicicletas son aceras-bici, y tienen la misma aceptación que el carril-bici, sin ningún tipo de controversias.
En nuestro país, en ciudades como Barcelona o San Sebastián, las más cicladas, ocurre lo mismo. Es más, se han implantado aceras-bici en aceras y paseos de los de más alta densidad de peatones: Paseo Alberdi Eder-Concha y Paseo de la Zurriola (San Sebastián) y Paseo de la Barceloneta (Barcelona). La experiencia nos enseña que, con el paso del tiempo, con una política integradora de la bicicleta, los ciclistas y peatones aprenden a compartir sus respectivos espacios en la acera de manera respetuosa y armoniosa. Es cierto que el carril-bici permite que los ciclistas circulen a mayor velocidad, pero, en mi opinión, la fórmula de la acera-bici, separada de peatones y automóviles, puede ser una buena solución para la calle Fuente del Hierro, que cuenta con una acera considerablemente ancha, en un momento en que el uso de la bicicleta en esta ciudad todavía es pequeño, pero, a la vez, prometedor. Es necesario estimular la incorporación de nuevos usuarios de la bicicleta, que anteponen la protección y seguridad a la velocidad, y no sólo facilitar la circulación de los actuales.

Jesús Sukuntza
Miembro de la AMTS